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GIN PLANET GIJÓN 2016

Cientos de personas disfrutan de los mejores combinados a base de tónica y ginebra, con la incorporación este año de dos vodkas capaces de competir con las mejores ginebras del mercado. Gin-tonics para todos los gustos y edades en este festival organizado por EL COMERCIO y con la Colaboración de VOY A COMER EN

Es un trago clásico que no para de modernizarse, de crecer, de incorporar aromas nuevos, de vestirse de largo en las mejores barras, de internacionalizar sabores y saberes. El pasado año el consumo de ginebra en España creció un 25% mientras el güisqui lo hizo un 3%. No solo no es un fenómeno pasajero sino que –como dice Borja Cortina, uno de los mejores cocteleros del país– ha llegado para quedarse y expandirse. «Este fenómeno del gin tonic es algo que ha nacido en España, y de hecho se llama ‘spanish style’, pero lo estamos exportando a otros países, a Sudamérica, a Centroamérica, a Europa, incluso en Gran Bretaña se están arrancando a ampliar su oferta de ginebras y añadirle al gin tonic otros elementos más allá de la piel del cítrico», revela Cortina.

Del éxito planetario del combinado por excelencia se habló largo y tendido en el Gin Planet, el evento organizado por EL COMERCIO en colaboración con la empresa de eventos gastronómicos Gustatio, que ayer se celebró en la terraza del restaurante Las Delicias de Gijón, abarrotada hasta la bandera. El salón de la ginebra sirvió para constatar una realidad que sabe a gloria, que refresca y que, pese a que en España siempre ha sido la copa nocturna por excelencia y ahora se erige en el digestivo ideal, es por encima de todo el mejor de los aperitivos. «Prepara el estómago para el ágape, es amargo y ayuda a abrir el apetito», revela Borja Cortina.

Para el gin tonic no hay coctelera que valga. El proceso de elaboración no se sirve de máquinas, sino del buen hacer de quien pone hielo compacto en la copa balón o un vaso ancho de fino cristal, lo renueve para enfriar el vidrio, retira el agua sobrante y procede a medir los cinco centilitros que dan la medida exacta del gin tonic perfecto. En las cantidades, el ‘spanish style’ ha dado un giro radical del ayer al hoy. Antes el protagonismo lo tenía el alcohol y se servirían tres partes de ginebra por una de tónica, ahora es al revés. Se le resta protagonismo al alcohol y se le da a otros elementos más allá de los cítricos. Uvas, fresas, canela... Todo sirve para ponerle un toque al combinado final, pero sin pasarse. No conviene acercarse a la ensalada para evitar chistes, que hay muchos: «Hay uno que dice que si no comes las cinco piezas de fruta que tienes que comer al día es porque no tomas gin tonics»

Esa copa con la medida justa de ginebra se tiene que beber con calma, se tiene que saborear y disfrutar sin que el alcohol se deje notar más allá de lo necesario. Dice Óscar Solana, de la Siderot, que un gin tonic bien hecho es a todos los efectos lo mismo que tomarse una caña.

El Gin Planet que se celebró en Gijón sirvió para reivindicar el reinado del gin tonic, pero también para mostrar cócteles realizados a partir de ginebras y otros destilados, como el vodka. Uno de ellos, el de Siderit, hecho a partir de leche de vaca.

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